jueves, 19 de marzo de 2009

Pedro Rangel Mora en LA EXPULSIÓN DEL PARAÍSO

El pasado 26 de noviembre de 2008, el escritor merideño Pedro Rangel Mora nos acompañó en el programa radial de LA EXPULSIÓN DEL PARAÍSO para hablar sobre su último libro, Muerte en la víspera, que fuera publicado por el Grupo Editorial Random House Mondadori ese mismo año.

El libro, del que ya hemos hablado antes en este blog, se compone de seis his
torias autónomas que despliegan, a lo largo 165 páginas, temas de nuestro tiempo: crímenes impunes, mafias que dominan a su antojo el sistema policial, supersticiones de talla histórica, reality shows, física cuántica, y crímenes que crean todo un tejido internacional entre España y Venezuela con trata de blancas, sicariato y mutilaciones. La violencia siempre erigiéndose, propagándose como un cáncer, cubriendo con su sombra cada una de estas historias, mostrando sus distintas facetas, siempre crueles, siempre terribles.

El libro está escrito en un lenguaje directo, ágil, de una gran economía retórica, y las historias que lo constituyen son rápidas, amenas, divertidas, con una insoslayable crítica social y con un mordaz sentido del humor siempre apadrinado por una ironía a prueba de balas.

Muert
e en la víspera es un libro de nuestro tiempo en el que palpita un mensaje desolador: la voracidad de la violencia y la corrupción de nuestra policía cada vez reducen más el ciego reino de la justicia.

Fabián Coelho: El relato policial se inicia en el siglo XIX con Edgar Allan Poe, teórico y autor de varios cuentos que se insertan dentro de este género, con un esquema que es hoy día el esquema clásico, una suerte de ecuación perfecta donde hay un criminal, una víctima, un crimen, un detective, y un final donde siempre coinciden la resolución del caso y el restablecimiento del orden.

Pedro Varguilla
s: Entonces, podríamos preguntarle a Pedro Rangel Mora: ¿cómo se definiría la novela policial?

Pedro Rangel Mora: Bueno, los elementos los nombraron ustedes en este momento. Yo le agregaría como elemento la pesquisa, y bueno, el desenlace, que lo dijeron ustedes de otra manera. Pero sí, el crimen, el investigador, la pesquisa, el desenlace, son como los elementos básicos, clásicos, de la novela policial. Desde luego, a través del tiempo ha sido transformado y cambiado y se ha jugado con estos elementos.

FC:
Es la puesta en escena, además, de la racionalidad y de su triunfo dentro del relato para restablecer e
l orden perdido a causa del crimen. Es muy optimista el relato policial clásico, y eso se trastoca en el siglo XX y es allí, dentro de esa corriente, donde usted se enmarca, donde ya todos estos elementos vienen a desordenarse para crear un efecto estético distinto.

PRM:
Sí. Creo que es muy importante en la literatura jugar con los límites, trascender esos límites. Si uno se mantiene dentro de lo ya hecho llega a la redundancia, a la repetición. En ese sentido, trastocando esos elementos básicos, uno puede construir un relato completamente separado de lo que ha sido la novela policial clásica. Podría
decir que, como decía el crítico Julio Miranda sobre mi novela, El orden de los factores, que es una novela policial, que ésta es más y menos que una novela policial, en el sentido de que están los elementos pero hay otros que se suman, se cuentan otras cosas, vidas. Yo trato siempre de trascender esos elementos porque no me siento cómodo escribiendo en forma convencional. El juego tiene que ampliarse, el juego tiene que ser otro.

PV: Entonces hablaríamos de una ampliación en cuanto al género, de una modificación en la estructura. Por ejemplo, no siempre mostrar quién es bueno y quién es malo, sino mostrar más bien la realidad, ir hacia lo real.

PRM:
Claro. La novela es siempre un reflejo de la realidad del país donde se circunscribe el relato. Normalmente una constante de la novela policial es que es un reflejo de la realidad policial del país. Si hay un sistema policial eficiente, grande, si hay un sistema persecutorio existente, hay una gran novela policial
, en número y calidad. Es el caso de EE.UU., el caso de Francia, el caso de España, donde los sistemas policiales son muy desarrollados. Por eso, de alguna manera, la novela policial en Venezuela es incipiente. No hay una gran novelística policial en cuanto a número y autores. No hay un gran número de autores trabajando la novela policial. Y eso tiene que ver un poco, también, con que nuestra policía no juega los roles que juega en otros países, como Cuba, por ejemplo. Cuando me refiero a cambiar un poco la estructura de la novela digo que, en el caso de Muerte en la víspera, la novela recientemente publicada, son básicamente seis relatos, escritos por seis autores omniscientes, distintos. Relatos que están concatenados por los mismos personajes y por la misma ciudad, porque todo eso sucede en Mérida. Los personajes están de alguna manera relacionados con Mérida, profesores universitarios, policías de Mérida, el Mercado, es decir, una serie de elementos que tienen que ver con Mérida, pero en vez de ser contados por un solo autor en tercera persona, por el autor-dios, son seis autores distintos, son seis personas que cuentan relatos distintos, que están unidos por una misma trama. Entonces de esa manera rompe la estructura básica del relato policial.

FC: Que se arma como una suerte de mosaico, un mosaico de lo que sería el sistema policial y judicial de nuestro país, y de la ciudad.

PRM: Claro, sería una imagen. Y un elemento muy importante es que en la novela clásica se resuelve el crimen, se vuelve al orden, como tú decías hace un momento. En esta novela, en Muerte en la víspera, resulta que, como ocurre en nuestra realidad, muchos de los crímenes no se resuelven porque realmente en la práctica muchos no se resuelven. Entonces se resuelven en las noticias de prensa, en el chisme, pero no en la verdad verdadera de los procedimientos de los tribunales.

PV: Entonces ahí es cuando uno podría decir que la novela actual, la que se está haciendo, a mi parecer debería tener un punto, un eje de partida, el buen uso de la ironía. Mediante el buen uso de una ironía se podría lograr un discurso lo suficientemente válido como para poder mostrar una realidad en la cual se vive. Por ejemplo, un crimen que se comete, y cómo hacer de ese crimen que se comete mediante un relato, un discurso irónico, cómo volver a esa realidad trascendental que nos trastoca, cómo volverlo un discurso que nos causa risa, que nos causa placer, un discurso que lo vemos, podemos hasta alejarnos de esa realidad en la cual vivimos para poder disfrutarla, que es algo muy interesante en Muerte en la víspera , que habla de una Mérida que podríamos catalogar de universal, tanto puede ocurrir lo que ocurre en Mérida, como podría ocurrir en cualquier ciudad de latinoamérica.

PRM:
Sí, sí. Yo trato de usar elementos de Mérida: la universidad, los estudiantes, los profesores, sucesos de Mérida, sucesos que ficciono. Pero sí, como tú dices, creo que el humor es un elemento muy importante. Es otra forma de decir las cosas. El humor forma parte esencial de nuestra cotidianidad, de nuestra naturaleza como venezolanos. Siempre está el juego y el humor. Yo lo uso como un elemento más, importante. Porque la novela policial siempre es como un reflejo, un reflejo difuso de la realidad.


FC:
Bien, y siguiendo un poco con el comentario de Pedro [Varguillas], este es un libro que a pesar de que se desarrolla dentro de la ciudad de Mérida no es una novela que está llena de ese color local como nos lo enseñaron en el liceo. No es una Mérida plagada de personajes tipos y de violines andinos, es más bien la representación de una realidad totalme
nte descarnada, y una realidad además universal, donde los ordenes imperantes deciden qué es la justicia, como en el caso de la mafia china, que ocurre en la novela, y cómo va comprando ciertas prebendas para moverse a su gusto. Entonces, en ese caso, la novela muestra una Mérida que no tiene por qué ser Mérida, lo cual rompería un poco con aquello de "Caracas es Caracas y lo demás es monte y culebra". No, Mérida es también un ciudad donde pasan cosas que podrían ocurrir en cualquier parte. ¿Coincide usted con eso, es parte de su intención?

PRM:
El t
raslado lineal de la realidad que vivimos en este momento en Venezuela puede resultar, no sólo para el escritor, sino para el lector, en vista de la situación de crisis que vivimos en este momento, molesta, incómoda. De alguna manera uno recrea esa realidad y juega con los elementos de esta realidad, pero sin ese traslado directo. Desde luego, frente a esa concepción de que "la vida está en otra parte", tan común, de ubicar las novelas en París o ahora en Shangai porque está de moda China, o en Londres o en Nueva York, tan típico de nuestros mismos novelistas, yo pienso que la vida está aquí. Y es tan rica y tan interesante y tan triste y tan maravillosa o tan dura como en cualquier lugar. Y por eso lo ubico en Mérida, que es mi medio natural, mi ciudad. Pero librando un poco al lector de lo duro y lo triste de una realidad cotidiana tan pedestre.

FC:
Yo tuve un
a impresión leyendo el libro, y es que, a pesar de que el eje que conecta todas las historias sería la Policía Judicial, que es donde se resuelven los casos, es adonde llegan los casos, independientemente de que se resuelvan o no, la gran protagonista siempre es la violencia, y cómo va experimentando distintas facetas, distintas caras, distintos comportamientos, cómo se va transformando y yendo desde lo que sería la mezquindad, la violencia irracional, la venganza, cómo va transformándose, hasta el asesinato por sicariato. ¿Usted se había propuesto lograr eso, mostrar la violencia desde distintas perspectivas para crear toda una masa que se erige como la gran protagonista en el libro?

PRM:
Sí. En primer lugar la violencia está pero no en sí misma, no en el regodeo de la sangre, de
la muerte, tan normal en la novela policial típica...

FC:
Se aborda como de manera oblicua, ¿no?

PRM:
Sí, señalada como un instrumento del conocimiento de los hechos, o una muestra de la condición humana de los personajes. Pero no en el regodeo absoluto de la misma violencia. Y, evidentemente, una de las cosas que yo me planteé al escribir la novela fue buscar mostrar las formas de violencia en función de las clases sociales. Entonces está la violencia de los malandros, la violencia de un cineasta de clase alta, la violencia de un profesor universitario, es decir, la violencia representada en función de quien la ejecuta. Cómo se ejerce esa violencia. Una forma de representar la realidad nuestra.
[Vamos a corte]

FC: ¿Qué le parece si ahora revisamos el libro cuento por cuento? ¿Cuáles fueron la ideas que inspiraron las historias que aparecen aquí, en Muerte en la víspera, y que terminan armándose como una novela, como un todo? Y empezaríamos por el primero: "Una verdad verdadera". ¿Cómo surgió, qué lo llevó a la escritura de este cuento? Cuento que, además, se subdivide en cuatro partes que vendrían a ser los elementos básicos de la de construcción del relato policial: "Un crimen", "Un investigador", "Una pesquisa", y "Un desenlace".

PRM:
Bueno, el crimen principal que origina la novela es el asesinato de un poeta, como elemento esencial para desarrollo del resto de la novela, pues comienza mostrando cómo fue ese asesinato y de, de alguna manera, narrando la vida de los personajes, el persona
je que va a investigar, su situación, por qué está ahí, por qué le toca a él investigar, relacionado un poco con la vida de la ciudad también, con la vida de Mérida. Ese es como el primer elemento, ¿no?, de dónde partir. ¿Qué va a buscar el lector? Va a buscar, en primer lugar, quién asesinó al poeta. Es como la primera pregunta que se presenta, porque en la novela hay varios asesinatos y entonces este es el primer enigma...

FC:
Con el que abre, además, la novela.

PRM:
Sí.

PV: Un asesinato que estará marcado y que se verá marcado a lo largo de la novela. Pero, luego de "Una verdad verdadera", podríamos pasar a "El mundo al revés", la segunda historia que conforma el todo de la novela, a la cual en primer término uno no le vería la conexión con el relato anterior, "Una verdad verdadera", porque va más hacia mostrar el mundo en el cual se está viviendo. Esa realidad de la que, como decíamos en el segmento anterior, no puede escapar nadie, de la cual no puede escapar ninguna persona.

FC:
Sí, y que además es una historia que concibe como única lógica posible la ilogicidad de la institución policial, de las leyes, del país. Entonces es un relato que se funda en una especie de lógica del trastocamiento: vivimos en un país al revés.

PRM:
[Risas] Bueno, fíjate, es la historia de un cineasta que hace un reality show, es decir, crea una situación de violencia ficticia, contrata unos malandros para que hagan un secuestro, y así f
ilmar todo esto que sucede con la idea de ganar el Oscar, de ganar los premios y hacerse famoso. Desde luego, una situación de este tipo es siempre incontrolable, la violencia crea un laberinto que nunca se sabe donde termina. Y termina con el asesinato de la secuestrada que es precisamente la esposa del cineasta, una actriz.

FC:
Y además, esta filmación es una especie de reality show, donde el mismo cineasta es el que produce todas las situaciones que ocurren con la finalidad de filmarlo y llevarlo a la pantalla, es decir, el grado máximo del morbo por la violencia.

PV: No sólo el morbo por la violencia sino que también podríamos ver ahí el grado máximo de lo que podría ser el arte por el arte.

FC: Peligrosa concepción... [risas] Bueno, la siguiente historia, "El prestigio", una historia deliciosa, una historia que además enlaza lo histórico, la guerra de independencia, con la trama detectivesca, con las creencias espirituales, esotéricas y que además rompe totalmente con la racionalidad. En este caso el crimen se resuelve apelando al espiritismo, a lo metafísico.

PV:
Y a lo mítico en cuanto a la leyenda del tesoro de Pelayo.

PRM:
Sí. Yo quería mostrar algo que es muy importante en nuestra realidad: lo supersticioso, lo metafísico. El mundo de todos los venezolanos está siempre tocado por algún lado por el espiritismo, por los santos, por todas esas formas esotéricas, para ponerle un nombre. Entonces, contando la vida del investigador que se encarga de investigar la muerte d
el poeta, se muestra de donde viene su prestigio, por qué se hizo famoso él. Y de donde viene es de una investigación en los campos petroleros en Oriente, la zona del sur de Anzoátegui y Monagas, que tiene que ver con sucesos históricos que ocurrieron en la independencia, el tema de los tesoros, de los muertos que cuidan los tesoros, y que al final le sirve a él como elemento para descubrir quién es el asesino en esa trama.

FC: Y otra cosa importante de esta historia es que aquí es donde se erige el que vendría a ser el personaje heroico de toda la novela, el personaje que realmente está apegado a la institución, que está apegado a la ley, que está apegado a las normas, y que tiene realmente la intención de resolver los casos, de resolverlos y llevarlos a feliz término, de que triunfe la justicia.

PRM:
Sí, en Venezuela es el iconoclasta, el que está en contra de lo establecido.
[Risas]

PV:
Pero además podemos ver en este personaje algo que a mí me llamó mucho la atención, que él resuelve todos los crímenes, que él va a favor de la justicia, pero no se puede obviar el hecho de que es ayudado por un socio. Me llamó mucho la atención la figura del socio. Tenemos el socio más famoso de nuestra literatura venezolana, el socio de Doña Bárbara, y el cuartico donde ella se metía y hablaba con su socio, pero me imagino que lo del socio viene por eso que usted nos venía explicando de las creencias venezolanas.

PRM:
Sí, bueno, el detective juega con eso. Juega con que habla con alguien porque todo el mundo piensa que él resuelve sus casos con la ayuda de un espíritu, entonces él, burlándose un poco de sus compañeros de trabajo, hace que habla con el otro, con el socio, pero realmente es un juego. Él es cartesiano en el fondo, pero se divierte con eso,
burlándose de los otros, de sus creencias en los espíritus.

FC:
Sí, ahora vendría la cuarta historia, "Bioquímica de los sucesos", que es la que a mí me dejó más perplejo porque es una historia que apela a una película que está muy en boga, ¿Qué diablos sabemos? Cuéntenos un poco sobre esta historia.

PRM:
El detective Altuve está haciendo una pesquisa sobre un asesinato ocurrido en una discoteca de Mérida, el típico asesinato de un muchacho desarmado que es asesinado por otro que se escapa del país. Algo tan común en nuestra ciudad y en Venezuela. Buscando el paradero del supuesto asesino, Altuve entra a un cine y donde pasan una película que tiene que ver con la física cuántica. Entonces él queda impresionado, no tiene idea de lo que es aquello y comienza a ver el mundo a través de la física cuántica, a comprar libros. Y compra la película, y se pone a verla, y saca notas, y copia aquello y luego lo usa para levantarse a la detective, como una forma de seducir a la detective, que él cree que sabe algo del asesinato del Perico, el detective que fue asesinado, y entonces comienza a interrogarla sutilmente entre el juego de levantarla y de averiguar sobre la muerte del Perico.

FC:
Que es el que muere al principio.

PV:
Entra ahí otro de los estereotipos de los personajes de nuestras novelas y de casi toda nuestra narrativa latinoamericana, que es lo punzante, ese juego de lo pasional del latinoamericano. Tenemos a un detective Altuve que siempre está como echándole los perros, como diría uno, a la detective Andueza.

PRM:
Sí, bueno, es la costumbre nacional. [Risas]

FC:
Bueno, la siguiente historia sería la que le da título al libro, "Muerte en la víspera", que es una historia que me llamó la atención porque siento que hay allí una violencia que pierde sentido. Estamos ante una violencia "porque sí". La venganza y la mezquindad quizá son la única explicación posible y la justicia llega de la forma más cruel a cumplir su papel. Y, entonces, el supuesto orden se restituye de una forma inesperada, lateralmente. No parece estar accionado directamente por el que nos viene contando la historia que es un detective de acá de Mérida a quien el consulado español le encomienda que haga la investigación del caso, que le haga todo el seguimiento para llegar al fondo. Cuéntenos un poco más sobre esta historia.

PRM:
Claro. La historia es la muerte de una niña en el Orinoco, que va en una chalana en un viaje y la chalana se hunde y alguien que viaja con ellos, con la familia y con la niña, le roba el salvavidas a la niña para salvarse, y la niña muere. Entonces empieza la persecución, por parte de la familia, de este señor que es un árbitro de fútbol que iba a pitar un partido entre dos comunidades en el Amazonas, los Yanomani y no recuerdo qué otra comunidad. Entonces es la persecución de este señor primero en Táchira, porque es un árbitro del Táchira, y luego en España porque este señor es tratante de blancas y se lleva unas prostitutas a España. Viaja a España y en España comienza a ser perseguido y mutilado. Primero le cortan una mano, luego le cortan la lengua, y así sucesivamente. Entonces la policía quiere saber cuál es el origen de ese crimen, por qué persiguen a este señor, y el Consulado de España en Mérida contrata a un investigador para que vea qué fue lo que pasó, quiénes están haciéndole esto a este señor. Luego la trama pasa a España, a Madrid, a Barcelona, y cuenta un poco el tema de la vida de este tratante de blancas, y, por otro lado, la historia de la familia que persigue por la muerte de la niña a este señor, y se muestra en parte el mundo de la clase alta, el mundo de la ópera, el mundo de cómo se monta una ópera en Mérida, los inconvenientes y todo, jugando un poco con el humor.

FC:
Y hay una tensión erótica ahí latente que vas dejando poco a poco que se vaya armando hasta un final vampiresco...

PRM:
[Risas]
Sí, la historia de un abogado, un juego de tensión sexual entre el abogado y la hermana de la niña muerta en el Orinoco. Ya sería ésta la forma de asesinato más sutil, el asesinato dirigido a través de otros, contrastando con el asesinato de las primeras páginas, que es el asesinato de los sicarios, el secuestro, la violencia directa.

FC:
Que se maneja más intelectualmente.

PRM:
Sí, a través siempre de otros, a través de testaferros, de sicarios, sin ensuciarse la manos.

FC:
Una faceta más de la violencia.

PRM:
Claro.
[Vamos a corte]


Comentarios finales:
PRM:
El momento en que vivimos ahora después del fin de la Modernidad, del fin de la esperanza de que pronto, con la educación de las masas y el desarrollo de las ciencias y la tecnología, se solucionarían muchos de los problemas de la sociedad, ahora pasamos al escepticismo, a cuestionar la posición de los absolutos. Del determinismo de antes ahora pasamos a la duda. Yo digo "dudo, luego existo". [Risas] Borges ya decía: "la filosofía es un sistema de dudas".

Gracias, Pedro.

Los expulsados

2 comentarios:

  1. Una extraordinaria reseña la de Jairo sobre el texto de Varguillas, un trabajo sencillo y serio que merece la pena leer.
    Por otra parte la entrevista hecha al Sr. Varguillas parece un cuento bien planteado del Sr Coelho, es una mamadera de gallo muy buena. Mis felicitaciones para ambos ejemplares.

    ResponderEliminar
  2. ¡Muchas gracias! Hacemos lo que podemos por no tomarnos las cosas muy en serio y dejarle eso a reseñistas invitados.
    ¡Gracias por seguirnos!

    ResponderEliminar